El sacrificio de Komarov

Vladimir Komarov, un sacrificio innecesario en la carrera espacial





Cuando la URSS y EEUU luchaban una carrera contra el tiempo por ser los primeros en el espacio, tanto soviéticos como norteamericanos aportaron su cuota de muertes a medida que se desarrollaban e implementarán los principios de la astronaut Ica moderna. Fue la época de la Guerra Fría, cuando las dos naciones sin importar nada, se desbivaron en una aparatosa carrera espacial.

El cosmonauta Vladimir Komarov se convirtió en uno de los primeros héroes nacionales para los soviéticos, sin embargo, hoy y a escasos días de cumplirse los 55 años de su muerte en el espacio, aún quedan muchas dudas por resolver, pero todas apuntan a un desenfrenado afán de figurar en la historia sin prever los riesgos de la recién carrera espacial.




Komarov en Soyuz 1 pasaría a la historia como el primer cosmonauta soviético en volar al espacio exterior más de una vez, y se convirtió en el primer ser humano en morir en una misión espacial: murió cuando la cápsula espacial Soyuz 1 se estrelló después de su reingreso el 24 de abril de 1967, debido a la falla de un paracaídas. Irónicamente no se considera su muerte como la primera en el espacio, de hecho, fue su muerte un secreto a grandes voces que los altos mandos soviéticos no quisieron escuchar; y por el hecho de morir en tierra, no fue concebido como muerte en el espacio.

La tragedia anunciada inició tras la celebración de los 50 años de la Unión Soviética y su grandioso programa espacial. En un primer momento se buscaba hacer un encuentro espectacular en el espacio medio entre dos naves espaciales soviéticas. La idea era que las dos naves se acoplaran en órbita permitiendo a los cosmonautas pasar de una nave a la otra.

La primera cápsula que se lanzará sería la Soyuz 1, con Komarov dentro. Al día siguiente, despegaría un segundo vehículo (Soyuz 2), con dos cosmonautas adicionales; los dos vehículos se encontrarían, atracarían, Komarov se arrastraría de un vehículo a otro, intercambiando lugares con un colega, y volvería a casa en el segundo barco.





Komarov fue seleccionado para comandar el Soyuz 1, en 1967, con Yuri Gagarin como su cosmonauta de respaldo. Ambos sabían que la cápsula espacial no era segura para volar, pero todos en el programa espacial estaban aterrorizados por la reacción de los altos mandos al retrasar o eliminar la misión. Fue entonces cuendo Komarov les dijo a sus amigos que sabía que probablemente moriría, pero que debían seguir adelante, de hecho, no permitió que su amigo Yuri Gagarin le acompañará, pues con la plena seguridad de su muerte, él pensó que lo mejor era morir solo y darle el honor a Gagarin de aportar su propio "granito de arena" al programa espacial.

Gagarin sugirió que se pospusiera la misión. La pregunta era: ¿Quién se lo diría a Brezhnev, líder de la Unión Soviética? Gagarin escribió un memorando de 10 páginas y se lo dio a su mejor amigo en la KGB, Venyamin Russayev, pero nadie se atrevió a enviarlo a la cadena de mando. Con menos de un mes antes del lanzamiento, Komarov se dio cuenta de que el aplazamiento no era una opción. Uno de los amigos de Komarov en la KGB sugirió que debería negarse a volar.

Komsrov sabía que si se negaba a volar entonces mandarían a su suplente, a Gagarin, y obviamente él no permitiría que su amigo viajará en esa nave sin garantías de volar a salvo, así que se aventuró a viajar así, aún sabiendo que la nave había generado múltiples problemas y que seguramente nunca volvería con vida.

Los vuelos previos a las pruebas habían sido desconcertantes, los técnicos que habían inspeccionado la Soyuz 1 habían encontrado 203 problemas estructurales. En el cosmódromo reinaba una atmósfera de presentimiento. Komsrov abordó más que resignado y negando a Gagarin acercarse a la nave ya que este insistía en pilotearla. Minutos después Komsrov estaba en órbita operando una de las naves espaciales más sofisticadas jamás lanzadas, pero no la más segura.




El problema comenzó de inmediato cuando uno de los dos paneles solares del Souz no se desplegó, privando a la nave de energía eléctrica y oscureciendo algunos de los equipos de navegación. Otros fallos se desarrollaron a medida que avanzaba el día. El primer intento de cambiar la órbita de la nave espacial fue insatisfactorio.
La nave comenzó a girar alrededor de su eje y solo giró más cuando Komarov intentó corregir el problema. El sistema de control térmico degeneró, las comunicaciones con el suelo se volvieron irregulares y la falta de electricidad impidió el funcionamiento del sistema de astroorientación. Al ver todos estos problemas, el control de tierra decidió abandonar el lanzamiento de Soyuz 2 y traer a Komarov a casa en la primera oportunidad disponible.

Komarov intentó sin éxito orientar el módulo Soyuz durante cinco horas. La nave estaba transmitiendo información de estado poco confiable y se perdieron las comunicaciones. Utilizando procedimientos que nunca había practicado en el entrenamiento, Komarov logró alinear la nave espacial y disparar los retrocohetes él mismo. A pesar de sus heroicos esfuerzos por salvar la misión, lo peor estaba por venir. Reingresó con éxito a la atmósfera de la Tierra en su órbita 19, pero cuando la cabina descendió a través de la atmósfera, salió el paracaídas abatible, pero el paracaídas principal permaneció obstinadamente en su contenedor.

Cuando se abrió la rampa de reserva, se enredó en el carril de la rampa de arrastre del paracaídas principal. Soyuz 1 se estrelló a gran velocidad en la estepa de Orenberg a las 7 am, matando a Komarov. La cabina explotó con el impacto y cuando llegaron los equipos de recuperación de la Fuerza Aérea Soviética, todo lo que encontraron fue metal quemado, siendo el borde de la parte superior de Soyuz el único hardware que pudieron identificar.




Los puestos de radioescuchas de Estados Unidos en Turquía lo escucharon llorar de rabia, “maldiciendo a las personas que lo habían metido dentro de una nave espacial fallida”. Les dijo a los oficiales de control terrestre que sabía que estaba a punto de morir. El primer ministro soviético Alexei Kosygin llamó por un teléfono de video para decirle que era un héroe. Cuando la cápsula comenzó su fatal descenso, la inteligencia estadounidense “recogió los gritos de rabia mientras se precipitaba hacia su muerte”. Algunos traductores le oyeron decir: "El calor está subiendo en la cápsula". También usó la palabra "muerto", presumiblemente para describir lo que los ingenieros le habían hecho.

La investigación posterior mostró que toda la misión se había apresurado antes de que Soyuz estuviera realmente lista. La muerte de Vladimir Komarov parece haber sido casi escrita. Yuri Gagarin lo dijo en una entrevista que le dio a Pravda semanas después del accidente. Criticó duramente a los funcionarios que habían dejado volar a su amigo.




El Gagarin de 1967 era muy diferente del joven despreocupado de 1961. La muerte de Komarov había colocado una enorme carga de culpa sobre sus hombros.

Komarov fue honrado con un funeral de estado en Moscú, y sus cenizas fueron enterradas en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin en la Plaza Roja. Estados Unidos solicitó al gobierno soviético que permitiera la asistencia de un representante, pero fueron rechazados. Komarov recibió póstumamente su segunda Orden de Lenin y también la Orden de Héroe de la Unión Soviética.

Como dato curioso, Komarov exigió personalmente que sus honras funebres se realizarán con el ataúd abierto porque quería enviar un mensaje a los funcionarios del gobierno que habían causado su muerte. El siempre supo que la capsula no era segura y que iba a morir, sabía que no regresaría con vida y su voluntad a modo de venganza fue obligar a los superiores a ver lo que le habían hecho.





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