Noticias Marzo 19 - 24

El ALMA observa un "Agujero Cósmico" (20/03/2017)




Un equipo de investigadores usó el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para obtener una imagen de radio de un “agujero” alrededor de un cúmulo galáctico situado a 4.800 millones de años-luz de la Tierra. Se trata de la imagen de mayor resolución obtenida a la fecha de un agujero de este tipo, provocado por el efecto Sunyaev-Zel’dovich (efecto SZ). La imagen demuestra la capacidad de ALMA para estudiar la distribución y la temperatura del gas presente alrededor de los cúmulos de galaxias a través del efecto SZ.
Un equipo de investigación dirigido por Tetsu Kitayama, profesor de la Universidad Toho (Japón), usó ALMA para estudiar el gas caliente de un cúmulo galáctico. Este gas es un elemento clave para comprender la naturaleza y la evolución de los cúmulos galácticos. Aunque no emite ondas de radio detectables por ALMA, el gas caliente dispersa las ondas de radio del fondo cósmico de microondas y produce un “agujero” alrededor del cúmulo galáctico. Es el llamado efecto Sunyaev-Zel’dovich.
Los investigadores observaron el cúmulo galáctico RX J1347.5-1145 conocido por su fuerte efecto SZ, y lo han estudiado reiteradas veces con radiotelescopios. Por ejemplo, el radiotelescopio Nobeyama de 45 metros, operado por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón, reveló una distribución desigual del gas caliente en este cúmulo, un fenómeno que no se había detectado en las observaciones de rayos X. Para entender mejor esta heterogeneidad, los astrónomos necesitan realizar observaciones de mayor resolución. Sin embargo, los objetos relativamente homogéneos y amplios como el gas caliente de los cúmulos galácticos son difíciles de observar en alta resolución con radiointerferómetros.



Primera evidencia de formación de planetas rocosos en un sistema tipo Tatooine (22/03/2017) 





Tatooine es el planeta donde se crió Luke Skywalker en la saga Star Wars, un mundo donde brillan dos soles. En el Universo también existen sistemas con dos estrellas, pero hasta la fecha todos los exoplanetas asociados a ellos eran gigantes gaseosos, similares a Júpiter, creados en las regiones más frías. Ahora, por primera vez, un equipo de astrónomos liderados desde el University College de Londres, ha encontrado un disco de fragmentos rocosos alrededor de un sistema estelar doble: SDSS 1557, por lo que planetas como Tatooine pueden formarse en estos mundos de dos estrellas.
El descubrimiento confirma la presencia de restos de asteroides fragmentados orbitando en torno al doble sol, que está formado por una estrella enana blanca y una enana marrón a unos 1.000 años-luz de distancia.
A diferencia del gélido material rico en carbono encontrado en otros sistemas estelares dobles, el material planetario identificado en SDSS 1557 es rico en metales, incluyendo al silicio y al magnesio. Estos elementos fluyen desde su órbita hacia la superficie de la estrella doble, contaminándola temporalmente con un material equivalente a un asteroide de 4 km.
En el Sistema Solar, el cinturón de asteroides contiene los bloques de construcción sobrantes de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, y los científicos los estudian para comprender mejor cómo se forman los exoplanetas rocosos y potencialmente habitables. El mismo enfoque fue utilizado para examinar el sistema SDSS 1557. Si tiene planetas dentro, todavía no se pueden detectar directamente, pero sí los fragmentos que informan sobre su posible existencia.
El equipo observó los espectros y longitudes de onda del material con los instrumentos del Observatorio Gemini Sur y el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), ambos en Chile.




Arsia Mons, estuvo escupiendo lava hace 50 millones de años (24/03/2017)






En la actualidad, Marte parece un planeta totalmente muerto. Sus profundos cañones solo son recorridos por el polvo, y sus inmensos volcanes, entre ellos el mayor volcán del Sistema Solar, Olympus Mons, permanecen en silencio. Pero no siempre fue así.
Una reciente investigación de la NASA sugiere que un volcán marciano de nueve kilómetros de altura, Arsia Mons, estuvo escupiendo lava hace apenas 50 millones de años, un suspiro en la escala del tiempo geológico, y justo en el momento en que los dinosaurios y otras muchas especies se estaban extinguiendo en la Tierra. Los resultados han sido presentados recientemente en la «Lunar and Planetary Science Conference» que se está celebrando en Texas, Estados Unidos, y además se han publicado en «Earth and Planetary Science Letters».
«Estimamos que el pico de actividad de Arsia Mons probablemente ocurrió hace unos 150 millones de años, durante el final del período Jurásico en la Tierra, y que después se apagó al mismo tiempo que desaparecieron los dinosaurios en la Tierra», ha explicado en un comunicado de la NASA Jacob Richardson, investigador en el «Goddard Space Flight Center», en Maryland (Estados Unidos). «Sin embargo, es posible que las últimas chimeneas hayan estado activas en los últimos 50 millones de años, lo que es realmente reciente en términos geológicos», ha añadido.  Arsia Mons es el volcán más meridional de un trío de volcanes escudo a los que se conoce como Tharsis Montes. Están situados cerca del ecuador, y se formaron lentamente a lo largo de miles de millones de años.
Aún se desconoce con exactitud cómo fue el ciclo vital de esta formaciones geológicas. Pero se sospecha que las últimas erupciones ocurrieron en la caldera de Arsia Mons, una profunda depresión de 110 kilómetros de largo, en la que se han encontrado 29 chimeneas volcánicas.
Los últimos datos recogidos, basados en imágenes de alta resolución obtenidas por la sonda «Mars Reconnaissance Orbiter», de la NASA, sugieren que este volcán generó una corriente de lava cada uno a tres millones de años al final de su vida.
Los investigadores estudiaron la estructura, la distribución y la edad de las corrientes de lava que se generaron en las 29 chimeneas. Gracias a un nuevo modelo de ordenador, pudieron reconstruir la dinámica de toda la caldera. Así concluyeron que la primera erupción ocurrió hace 200 millones de años, y que las más reciente pasó hace entre 90 a 50 millones de años.






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