Noticias Enero 22 - 28
Descubren una galaxia lejana brillante jamás conocida hasta la época (24/01/2017)
Un equipo internacional liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL) ha descubierto una de las galaxias no activas más brillantes y luminosas conocidas hasta la fecha en el universo joven. El hallazgo de BG1429+1202 ha sido posible gracias a la “ayuda” de una galaxia elíptica masiva en la línea de visión a ese objeto, que actúa a modo de lente aumentando el brillo y distorsionando la imagen observada. Los resultados, publicados en Astrophysical Journal Letters, se enmarcan en el proyecto BELLS GALLERY, basado en el análisis de millón y medio de espectros de galaxias del Sloan Digital Sky Survey (SDSS).
En el fenómeno de lente gravitatoria, predicho por la teoría de la Relatividad General de Einstein, la luz se desvía cuando pasa cerca de un objeto muy masivo. Para un observador distante, la masa de la galaxia elíptica actúa sobre la luz como una lente gigante. Resulta así una imagen mucho más brillante de la fuente, BG1429+1202, lo que permite ver detalles que de otra manera serían demasiado débiles para ser detectados.
"Este es uno de los pocos casos conocidos de galaxias –destaca Rui Marques Chaves, estudiante de doctorado del IAC-ULL y primer autor del artículo- con un brillo aparente muy alto y con una luminosidad intrínseca también muy alta. Las observaciones nos permitieron determinar sus propiedades principales en poco tiempo". Para estudiar este sistema de lente gravitatoria utilizaron dos telescopios del Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma): el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) y el Telescopio William Herschel (WHT), este último del Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING). El mismo está formado por una galaxia elíptica masiva a una distancia de 5.400 millones de años luz y una galaxia detrás de ella, BG1429+1202, emisora en la línea Lyman alfa a 11.400 millones de años luz (cuando la edad del Universo era aproximadamente 2.300 millones de años. La galaxia lente produce cuatro imágenes diferentes de la galaxia lejana, con un flujo luminoso total nueve veces superior al que tendría esta última si no hubiera ninguna lente natural en la línea de visión.
En el fenómeno de lente gravitatoria, predicho por la teoría de la Relatividad General de Einstein, la luz se desvía cuando pasa cerca de un objeto muy masivo. Para un observador distante, la masa de la galaxia elíptica actúa sobre la luz como una lente gigante. Resulta así una imagen mucho más brillante de la fuente, BG1429+1202, lo que permite ver detalles que de otra manera serían demasiado débiles para ser detectados.
"Este es uno de los pocos casos conocidos de galaxias –destaca Rui Marques Chaves, estudiante de doctorado del IAC-ULL y primer autor del artículo- con un brillo aparente muy alto y con una luminosidad intrínseca también muy alta. Las observaciones nos permitieron determinar sus propiedades principales en poco tiempo". Para estudiar este sistema de lente gravitatoria utilizaron dos telescopios del Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma): el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) y el Telescopio William Herschel (WHT), este último del Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING). El mismo está formado por una galaxia elíptica masiva a una distancia de 5.400 millones de años luz y una galaxia detrás de ella, BG1429+1202, emisora en la línea Lyman alfa a 11.400 millones de años luz (cuando la edad del Universo era aproximadamente 2.300 millones de años. La galaxia lente produce cuatro imágenes diferentes de la galaxia lejana, con un flujo luminoso total nueve veces superior al que tendría esta última si no hubiera ninguna lente natural en la línea de visión.
Como los anillos de los árboles, los anillos del Sol revelan sus ciclos en millones de años (24/01/2017)
Los científicos saben que el Sol sufre un ciclo de manchas solares de aproximadamente 11 años. Algunas manchas aparecen, se enfrían y, posteriormente, se desplazan hacia el ecuador y acaban desapareciendo. Los cambios en las manchas solares causan cambios en el nivel de brillo del Sol, y las plantas de la Tierra responden frente a este aumento y disminución del brillo creciendo más o menos durante un año determinado, pudiendo observarse esto en el ancho de los anillos de los árboles.
Ahora, una pareja de investigadores ha reunido muestras de árboles petrificados de una región de Alemania que quedó cubierta de lava durante una erupción volcánica hace aproximadamente 290 millones de años (durante el periodo Pérmico), conservando un registro histórico de la actividad del sol. En total se trata de 43 especímenes (cortes) de árboles petrificados en los que han podido contar 1917 anillos suficientemente bien conservados como para permitir su observación bajo microscopio.
Como todos estos árboles murieron al mismo tiempo, los investigadores han podido comparar el crecimiento de los anillos entre distintas muestras durante los mismos periodos de tiempo, cubriendo 79 años. Al hacerlo, revelaron con mucha claridad un ciclo de crecimiento parecido al observado en árboles modernos, aunque en este caso, era ligeramente diferente. Actualmente, el ciclo es en promedio de 11.2 años, y entonces era de 10.6, lo suficientemente parecido como para concluir que el Sol se ha comportado de forma muy predecible durante al menos los últimos 290 millones de años.
Más información:
Describen la materia oscura alrededor de un Agujero Negro a casi 10 mil millones de años luz (25/01/2017)
Un equipo internacional liderado por investigadores de la Universitat de València ha logrado determinar las características y estructura del disco de materia situado en torno al agujero negro del cuásar de la Cruz de Einstein (un objeto lejano en el universo de gran luminosidad). La estimación, basada en observaciones con el telescopio óptico/infrarrojo más grande del mundo, el Gran Telescopio Canarias, confirma otras mediciones sobre el tamaño, temperatura y luz emitida por estos cuerpos situados a miles de millones de años luz.
La investigación, publicada en la revista científica The Astrophysical Journal, establece el tamaño del disco de materia caliente o de acreción situado en torno al agujero negro del cuásar de la Cruz de Einstein. Así, el disco de materia caliente tiene unos 6 días luz de radio (aproximadamente 32 veces la distancia de la Tierra a Plutón), y su temperatura desciende desde el centro de forma ligeramente más pronunciada que lo predicho por los modelos.
“Las estimaciones parecen indicar que los discos de acreción de los cuásares son algo mayores de lo que predicen los modelos teóricos”, apunta Héctor Vives, investigador del departamento de Astronomía y Astrofísica de la Universitat de València y primer firmante del artículo.
Los cuásares son unos objetos astronómicos lejanos que emiten grandes cantidades de energía, tanta o más como la galaxia entera que los alberga. Debido a la enorme distancia a la que se encuentran, el tamaño de sus discos de acreción no se puede medir por métodos de observación habituales, por lo que se recurre al efecto de lente gravitatoria. Este fenómeno deriva de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, y está basado en la capacidad del campo gravitatorio para curvar la luz.
La presencia de agua en el Marte antiguo es una paradoja. Hay muchas pruebas geológicas de que existieron ríos fluyendo periódicamente por la superficie del planeta. Pero en la época en que se supone que corrían estas aguas (hace entre tres mil millones y cuatro mil millones de años) Marte habría sido demasiado frío como para mantener agua líquida. ¿Cómo pudo mantenerse templado?
Un equipo de investigadores sugiere que el Marte primitivo podría haber sido calentado intermitentemente por un potente efecto invernadero. Han descubierto que las interacciones entre metano, dióxido de carbono e hidrógeno en la atmósfera marciana primitiva podrían haber creado periodos templados cuando el planeta tenía agua líquida en la superficie.
Hace 4 mil millones de años el Sol era un 30% más débil que hoy y a la superficie marciana llegaba mucha menos radiación solar. La escasa radiación que conseguía alcanzar el planeta era atrapada en la atmósfera, produciendo periodos templados y húmedos. Durante décadas los científicos se han esforzado en crear un modelo de cómo quedó aislado en planeta exactamente.
El culpable obvio es el CO2. El dióxido de carbono constituye el 95 por ciento de la atmósfera marciana actual y es el gas de efecto invernadero más abundante y mejor conocido de la Tierra. Pero el CO2 solo no puede justificar las temperaturas del Marte primitivo. Ahora, los investigadores sugieren que pudo ser ayudado por el metano. Este no es abundante hoy en día en la atmósfera, pero hace miles de millones de años diversos procesos geológicos podrían haber liberado mucho metano a la atmósfera. Este metano se habría convertido lentamente en hidrógeno y otros gases, en un proceso similar al que ocurre hoy en día en la luna Titán de Saturno. "Comprobamos lo que ocurre cuando metano, hidrógeno y dióxido de carbono chocan y cómo interaccionan con fotones. Descubrimos que esta combinación produce una intensa absorción de la radiación", explica Robin Wordsworth (SEAS).
Más información:
http://www.seas.harvard.edu/news/2017/01/bursts-of-methane-may-have-warmed-early-mars
Los astronautas que viajen en la nave espacial Starliner de Boeing vestirán trajes espaciales más ligeros y cómodos que los utilizados hasta ahora. El traje aprovecha diseños históricos, cumple los requisitos de NASA en cuanto a seguridad y funcionalidad, e introduce modernas innovaciones. Boeing presentó ayer miércoles el diseño de su traje espacial, un paso más hacia las pruebas de su nave y sistemas de lanzamiento Starliner, que transportará astronautas a la Estación Espacial Internacional.
El diseño es más ligero y flexible gracias a la utilización de materiales avanzados, el casco y el visor están incorporados en el traje y no se separan de él, los guantes son sensibles a las pantallas táctiles y está provisto de válvulas que permiten a los astronautas estar más frescos sin perder la capacidad de presurizar el traje inmediatamente. El traje completo, que incluye calzado integrado, pesa unos 9 kg con todos sus accesorios, siendo unos 4 kilos y medio más ligero que los trajes utilizados por los astronautas del transbordador espacial.
El material de los nuevos trajes permite que el vapor de agua atraviese el tejido hacia el exterior, manteniendo el aire del interior. Esto hace que sea un traje más fresco sin sacrificar la seguridad. Los materiales de los codos y rodillas proporcionan más movimiento a los astronautas, y las cremalleras colocadas estratégicamente les permiten adaptar la forma del traje cuando están de pie o sentados.
"El traje espacial actúa como un recurso de emergencia sustituyendo a los sistemas de soporte vital redundantes de la nave espacial", explica Richard Watson, del Programa de Tripulación Comercial de NASA. "Si todo va perfectamente en una misión, entonces no necesitas un traje espacial. Es como tener un extintor cerca en la cabina. Necesitas que sea efectivo si lo necesitas".
Más información:
https://www.nasa.gov/feature/new-spacesuit-unveiled-for-starliner-astronauts/
La mayor luna de Plutón, Caronte, sufrió procesos similares a la tectónica de placas de la Tierra bajo su superficie, provocados por un núcleo de hielo congelándose que se expandía y que fracturó la corteza de este pequeño mundo.
Utilizando datos de la nave espacial New Horizons, que pasó por Plutón y Caronte en julio de 2015, Ross Beyer y sus colaboradores del equipo de la misión investigaron las fracturas de la superficie de Caronte para entender cómo se formaron. Notaron algunas similitudes con lo que podemos ver en casa: la geología de la Tierra está controlada por enormes placas de la corteza que flotan sobre un manto viscoso, chocando unas contra otras. Los científicos han descubierto que ciertas estructuras de Caronte parecen haberse formado del mismo modo.
Los investigadores notaron que había fisuras muy parecidas a zonas en expansión del fondo marino o fosas tectónicas de la Tierra. Los científicos también observaron bloques hundidos de la superficie rodeados por fallas, llamados graben, y escarpes, en los que un fragmento de suelo se había desplazado verticalmente respecto de otro. Pero no encontraron ninguna prueba de creación de montañas, un proceso que en la Tierra es provocado por la colisión de placas tectónicas.
"En Caronte sólo observamos estructuras de extensión", comenta Beyer. "Sólo vemos fragmentos de la corteza alejándose unos de otros". Los científicos planetarios piensan que Caronte tuvo en el pasado un manto liquido bajo una corteza formada casi por completo de hielo de agua. Cuando el manto se congeló, se expandió y la corteza de Caronte tuvo que estirarse para acomodarse a dicha expansión. Esto no ocurre con roca como la que tiene la Tierra, que encoge cuando solidifica.
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