Noticias Noviembre 28 - Diciembre 4

Supernova de baja masa pudo provocar la formación de nuestro sistema solar  (28/11/2016)








Un equipo de investigadores dirigido por el profesor Yong-Zhong Qian ha utilizado modelos nuevos y pruebas encontradas en meteoritos para demostrar que una supernova de masa baja incitó la formación de nuestro sistema solar.
Hace unos 4600 milloes de años, una nube de gas y polvo, que acabó formando nuestro sistema solar, resultó perturbada. El colapso gravitatorio que siguió condujo a la formación del protosol con un disco alrededor donde nacieron los planetas. Una supernova (una estrella que explota al final de su ciclo de vida) habría tenido la energía suficiente para comprimir dicha nube de gas. Pero no existían pruebas definitivas que apoyaran esta teoría. Además, la naturaleza de la supernova tampoco se conocía.
Qian y sus colaboradores decidieron centrarse en núcleos atómicos de vida corta presentes en el sistema solar temprano. Debido a sus cortas vidas, estos núcleos sólo podrían proceder de la supernova. Sus abundancias en el sistema solar primitivo han sido deducidas a partir de sus productos de desintegración presentes en meteoritos. Al tratarse de restos de la formacion del sistema solar, los meteoritos son comparables a los ladrillos y el cemento sobrantes en una obra. Nos dicen de qué está hehco el sistema solar y, en particular, qué núcleos atómicos de vida corta aportó la supernova.
Qian y sus colaboradores decidieron comprobar si una supernova de masa baja (unas 12 veces más pesada que nuestro Sol) podría explicar los registros meteoríticos. Empezaron examinando el berilio-10, un núcleo de vida corta que posee 4 protones (y es por tanto el cuarto elemento de la tabla periódica) y 6 neutrones. Es un núcleo ampliamente distribuido en los meteoritos y esta ubicuidad es en sí misma un mistero. 







Una nueva perspectiva de como se formaría "el corazón" de hielo de Plutón (01/12/2016) 




El "corazón de hielo" de Plutón es una estructura brillante con dos lóbulos en su superficie que ha atraído a los investigadores desde su descubrimiento por el equipo de New Horizons en 2015. De interés particular es el lóbulo occidental del corazón, informalmente llamado Sputnik Planitia, una cuenca profunda que contiene tres tipos de hielos (nitrógeno, metano y monóxido de carbono congelados) y que apareció al lado contrario de Caronte, la luna de Plutón con la que se halla en rotación síncrona. Las características únicas de Sputnik Planitia han inspirado varios escenarios diferentes para explicar su formación, y todos ellos la identifican con una cuenca de impacto, una depresión creada por un cuerpo más pequeño que chocó contra Plutón a una velocidad extremadamente alta.
Un nuevo estudio dirigido por Douglas Hamilton (The University of Maryland) sugiere en cambio que Sputnik Planitia se formó al principio de la historia de Plutón y que sus características son la consecuencia inevitable de procesos evolucionarios.
"La diferencia principal entre mi modelo y otros es que yo sugiero que el casquete de hielo se formó antes, cuando Plutón todavía estaba girando rápidamente, y que la cuenca se formó más tarde y no a causa de un impacto", explica Hamilton. "El  casquete de hielo proporciona una ligera asimetría que se acopla en dirección a Caronte o bien en dirección contraria cuando el giro de Plutón se frena para sincronizarse con el movimiento orbital de la luna".
Utilizando el modelo que ha desarrollado, Hamilton descubrió que la posición inicial de Sputnik Planitia puede ser explicada por el clima poco usual de Plutón y por su eje de giro, que se encuentra inclinado en 120 grados. Por comparar, la inclinación de la Tierra es de 23.5 grados. Los modelos de las temperaturas del planeta enano muestran que cuando se promedian a lo largo de la órbita de 248 años, las latitudes a 30 grados norte y sur destacan por ser los lugares más fríos del planeta enano, mucho más fríos que cualquiera de los polos. El hielo se habría formado de manera natural alrededor de estas latitudes, incluyendo el centro de Sputnik Planitia, que se encuentra a 25 grados de latitud norte.
El modelo de Hamilton también demuestra que un pequeño depósito de hielo atrae naturalmente más hielo al reflejar la luz solar y el calor. Así se formó esta capa de hielo que acumuló tanto peso sobre la superficie de Plutón que desplazó el centro de masas del plantea enano. La rotación de Plutón se frenó gradualmente debido a las fuerzas gravitatorias de Caronte, igual que la Tierra está perdiendo giro lentamente bajo fuerzas parecidas de su luna. Sin embargo, como Caronte es tan grande y está tan cerca de Plutón, el proceso hizo que Plutón mostrase siempre una misma cara hacia su luna tras unos pocos millones de años. La gran masa de Sputnik Planitia habría tenido un 50 por ciento de oportunidades de acabar mirando hacia Caronte o en dirección opuesta.

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¿Podría haber vida en Plutón? (02/12/2016)







Se piensa que Plutón posee un océano subterráneo, cuya importancia no radica tanto en la posibilidad de que haya agua como en que se trata de una indicación de que otros planetas enanos del espacio profundo podrían tener también océanos exóticos similares, lo que conduce de manera natural a preguntarse por la vida, según uno de los coinvestigadores de la misión New Horizons de NASA a Plutón y el Cinturón de Kuiper.
William McKinnon argumenta que bajo la estructura con forma de corazón conocida como Sputnik Planitia existe un océano lleno de amoníaco. La presencia del líquido incoloro y de olor penetrante ayuda a explicar no sólo la orientación de Plutón en el espacio sino también la persistencia del océano masivo cubierto de hielo que McKinnon imagina como parecido a un jarabe.
"De hecho, New Horizons ha detectado amoníaco como uno de los componentes de la luna mayor de Plutón, Caronte, y en una de las lunas pequeñas. Así que casi seguro que está presente también en el interior de Plutón", afirma McKinnon. "Lo que pienso que hay allí abajo en el océano es algo bastante nocivo, muy frío, salado y muy rico en amoníaco, casi como un jarabe". "No es el lugar para gérmenes, y mucho menos peces o calamares o cualquier tipo de vida como la conocemos", añade. "Pero como ocurre con los mares de metano de Titán (la mayor luna de Saturno) surge la cuestión de si formas de vida realmente novedosas podrían existir en estos líquidos fríos y exóticos".
"Todas estas ideas sobre un océano en el interior de Plutón son creíbles, pero solo se trata de meras inferencias, no de detecciones reales", explica McKinnon. "Si queremos confirmar que tal océano existe, necesitaremos medidas de gravedad o exploraciones con radar del subsuelo, todo lo cual podría realizarlo una futura misión de un orbitador a Plutón. Queda en manos de la próxima generación el retomar lo que New Horizons no ha llegado a hacer".




Se observan cúmulos estelares "escupiendo" polvo (02/12/2016) 




A menudo se piensa en las galaxias como objetos de estrellas relucientes, pero también contienen gas y polvo. Ahora un equipo de astrónomos ha utilizado datos nuevos para demostrar que esas estrellas son las responsables de producir polvo en escalas galácticas, un descubrimiento apoyado por una antigua teoría. El polvo es importante porque es un componente clave de planetas rocosos como la Tierra.
Los investigadores han estudiado la galaxia II Zw 40, que se halla aproximadamente a 33 millones de años-luz y que está formando estrellas intensamente, siendo por tanto útil para comprobar teorías de formación de estrellas. "Esta galaxia posee una de las mayores regiones de formación de estrellas del universo local", comenta Jean Turner (UCLA).
La región central de II Zw 40 alberga dos cúmulos jóvenes, cada uno con aproximadamente un millón de estrellas. Tomando imágenes de los cúmulos a diferentes longitudes de onda, los astrónomos construyeron un mapa que mostraba el polvo de la galaxia. El polvo astronómico - compuesto principalmente por carbono, silicio y oxígeno - es predominante en el Universo. "Si miras a la Vía Láctea en el cielo tiene un aspecto parcheado y manchado. Eso se debe a que hay polvo que bloquea la luz", afirma Turner.
El mapa mostró que en  II Zw 40 el polvo se concentra a menos de 320 años-luz de distancia de los dos cúmulos de estrellas. "El polvo se halla casi todo cerca del cúmulo doble", explica Turner. "Estas observaciones apoyan la hipótesis de que las estrellas son las responsables de la producción de polvo. El cúmulo doble es una 'fábrica de hollín' que contamina su ambiente local", concluye Michelle Consiglio (UCLA).

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